Mejorar el planeta es nuestra obligación
Nadie en el sector duda de que la industria de la celulosa y del papel se encuentra en un periodo de profundos cambios : aceleración de la digitalización, automatización de los procesos, descubrimiento de nuevos bioproductos y nanoproductos, revolución energética, auge de los combustibles renovables, exigencias ambientales y modificación de los equilibrios del mercado del papel y cartón para reciclar debido a las recientes restricciones impuestas por China.
Es muy interesante observar cómo las empresas se adaptan y se transforman, y cómo los consumidores poco a poco interiorizan estos cambios.
Bioeconomía circular, residuo cero, huella de carbono, mitigación del cambio climático o industria 4.0 son términos que nos pueden cansar por su efecto moda y que, sin embargo, representan unas realidades apasionantes, fascinantes.
La cuestión es saber si estamos asistiendo a un movimiento de conceptos abstractos que afectan únicamente al discurso, o si realmente se está operando una transformación en profundidad que se vea reflejada en las empresas, sus procesos, sus productos y sus prácticas, en la acción legislativa de las administraciones públicas y los organismos internacionales, y en el comportamiento de los ciudadanos.
En este número presentamos varios ejemplos concretos de la transformación real del sector, como son los debates en este sentido de las conferencias ABTCP o CEPI ; el trabajo incansable de ASPAPEL o Repacar para mejorar el índice de recuperación y reciclaje de papel y cartón así como la calidad del material recogido ; las tareas de información
y de negociación de CEPI ; los nuevos desarrollos técnicos de fabricantes como Kadant o Contech ; los esfuerzos continuos de una fábrica como Ence Pontevedra para reducir su impacto ambiental (acústico, oloroso y visual) que se traducen en verdaderos avances ; o las inversiones de una papelera como Ahlstrom-Munksjö de la mano de Veolia Water Technologies para mejorar el tratamiento de sus aguas residuales.
Ahora bien, es necesario que demos a conocer lo que estamos haciendo. Aún estamos muy lejos de comunicar correctamente nuestro mensaje y de lograr que sea escuchado. Hace falta concienciar a los jóvenes, hablar en las escuelas y en los medios, organizar visitas a las fábricas, conseguir que los ayuntamientos dediquen mayores presupuestos a la información y a la gestión de los residuos. Mucha gente todavía no entiende la importancia de separar la basura y no sabe a dónde va el papel o el plástico que deposita en los contenedores. ¿Qué significa exactamente reciclar, reutilizar ? Hemos hecho un gran camino, pero tenemos que ir más allá.
Es una suerte inmensa trabajar en un sector que nos ofrece la posibilidad de actuar para cuidar el planeta y de ver los resultados de nuestra acción.
Ser idealista no solo es bonito ; es una necesidad.
Nuestra obligación es tomarnos en serio los desafíos ambientales del siglo XXI para lograr el objetivo ineludible de salvar nuestro planeta. Está en nuestras manos.
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