Agrandes rasgos se puede decir que el 2010
ha cerrado en dos tiempos : Un primer semestre
bueno y un segundo menos bueno. Y
esto ha sido así tanto en Europa como en América
Latina. Ya lo anunciaron el año pasado los analistas
del sector : la recuperación, entendiendo como
tal la reestructuración de toda la economía a nivel
global y también en el sector pastero-papelero, necesitaría
tiempo, al menos una década (ésta que
acabamos de empezar) y se realizaría en dientes de
sierra muy estrechos, como está siendo el caso.
El contexto es complejo : Aunque la economía de los EE.UU ha mejorado, sigue
habiendo una alta tasa de paro ; En Japón la economía creció un 4% después de
3 años de caída, pero la deuda pública sigue creciendo y se espera que supere
el 200% este año, y en China el peligro es la inflación. En Europa los ministros
de finanzas están bailando un vals desafinado, mientras en América Latina el Pasillo
Andino suena sin batuta.
A pesar de todo, la industria papelera ha arrojado globalmente cifras positivas en
cuanto a producción y venta. También se está avanzando en la aplicación de
nuevos desarrollos que permitirán cambiar el concepto de fábricas de celulosa
por el de bio-refinerías, más adecuado a lo que se espera de una industria sostenible
y más acorde con las necesidades del futuro. Hay actualmente en Europa
muchas líneas de investigación en curso o en fase de demostración que permitirán
a la industria del papel realizar su propia revolución interna y beneficiarán
al conjunto del sector a nivel global. La investigación sigue siendo esencial.
En general todos los países apoyan la fabricación de productos fabricados a partir
de materias primas renovables y reciclables y se favorece (en algunos casos se
exige), una cuota definida de reciclado. Pero aquí también hay que puntualizar,
y así lo ha hecho CEPI (Confederación Europea de Fabricantes de Pasta y Papel),
señalando, con respecto a las masivas exportaciones a China y Sudeste Asiático,
de papel recuperado en Europa, que es la industria papelera europea quien debe
reciclar sus propias materias primas, ya que los europeos pagan los sistemas de
reciclaje de los que se acaban beneficiando otros países.
Son, como se decía al principio, los ajustes que deberán continuar a lo largo de
toda la década.
Y el fin de la llamada “Guerra del banano” el pasado 3 de Febrero (una contienda
que ha durado 16 años entre América Latina y la U.E para que ésta suprima
los aranceles impuestos a este producto), tendrá como consecuencia la revitalización
de una parte de la industria papelera en los países exportadores de banano
a Europa (principalmente Ecuador, Colombia, Costa Rica y Panamá).
Ecuador ya está construyendo una nueva fábrica de papel para cartón ondulado
que se pondrá en marcha en 2012. Hay que saber que más del 70% de los plátanos
comercializados en la U.E (mayor consumidor mundial de plátanos), proceden
de América Latina.
En la Región Andina, donde Colombia celebra su congreso anual ACOTEPAC el
próximo 23 de Febrero, los países están mejorando sus economías a buen ritmo,
con tasas de crecimiento sostenidas y esto se aprecia en la mayor demanda de
productos papeleros y en la creación de nuevas fábricas de papel tisú y de papeles
para cartón ondulado. Colombia también acaba de reducir aranceles, lo
que repercutirá en el comercio local del papel y en los precios.
Más que nunca el mundo está globalizado. El cambio de una nota altera
todo el compás. Habrá que prestar atención a los pequeños detalles, a los
bemoles y sostenidos, y a los reguladores.
(...)