No solo de biomasa vive el hombre
En la fabricación de celulosa, Europa parece haberse rendido ante las regiones llamadas emergentes,
de América Latina y de Rusia, ambas con grandes extensiones forestales y con costes de producción demasiado bajos para que las compañías basadas en Europa puedan ser competitivas en los ciclos bajos. Porque en los ciclos altos
(de mucha demanda y poca producción), todas son rentables.
En Europa no hay proyectos de incremento significativo de celulosa. En esta región las inversiones del sector en madera se dirigen sobre todo a la producción de biomasa para la generación de energía. Ence está estudiando, en base a un
acuerdo de colaboración con la Universidad de Huelva, las especies de árboles que más biomasa puedan dar, y al parecer, el eucalipto es una de las especies más rentables. Europac también ha anunciado que entra en el sector
forestal y en la energía.
En Latinoamérica existen varios proyectos importantes de nueva capacidad de celulosa a partir del eucalipto (Suzano, Fibria, Cenibra, Eldorado, Arauco, Stora Enso, …), que añadirán al mercado varios millones de toneladas en los próximos
diez años. Brasil, el mayor productor de eucalipto en América Latina, incrementa al ritmo de un 7% anual en los últimos 5 años su superficie de plantaciones comerciales de madera, lo que permite abastecer la creciente demanda
de madera en los sectores de celulosa, aserraderos, biomasa, construcción, etc…
Y del lado de Rusia existen también nuevos proyectos para añadir más capacidad de celulosa. El último de los que se ha concretado es el de Illm Pulp and Paper, que piensa añadir una nueva línea de producción de 720.000 tm/año de
pasta kraft blanqueada de softwood, en su fábrica de Brastk (Siberia).
Cierto es que Europa es deficitaria en energía y que conviene desarrollar su generación, y si es a partir de materias primas renovables, como lo es la biomasa, mejor para el medioambiente.
Sin embargo, la industria papelera europea no puede descuidar la producción de sus materias primas. La fabricación de celulosa tiene que seguir formando parte de la estrategia del sector en Europa. Los políticos europeos, que han
comprendido la importancia de favorecer la producción de energía mediante materias primas renovables, deberían contemplar la producción de celulosa como un bien estratégico del sector y favorecerlo de igual modo, o al menos
no penalizarlo con una legislación ambiental que frene cualquier proyecto en este segmento.
No podemos ser “Quijotes”, decía recientemente Eduardo Aragües, presidente saliente de Saica. En efecto, debemos mirar el panorama de la competitividad de la industria europea en su contexto internacional. Naturalmente, a favor del
medio ambiente, pero sin dañar el tejido industrial. Porque Europa, la vieja Europa, está sucumbiendo ante las regiones con industrias más jóvenes.
Este año, el BREF, que recoge las mejores tecnologías disponibles (BATs), y que hasta ahora era un documento de referencia, será a partir de 2010 de obligado cumplimiento en Europa, y esto volverá a asestar un duro golpe a muchas empresas de celulosa y papel de la región.
¿Serán las demás regiones igual de exigentes ?
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