Jorge Bonnet, un maestro, un amigo
Cuando a uno le rinden homenaje, es que algo va mal”, solía decir con su habitual clarividencia que
no admitía paliativos sobre la realidad. Su vida ha sido siempre consecuente con sus pensamientos y éstos
con sus sentimientos. Un hombre íntegro. El abordaje de Jorge Bonnet podía ser hosco y extraño,
porque “lo social” nunca ha sido su fuerte. Pero era un hombre que dejaba huella por su extrema franqueza (en exceso, a gusto de algunos), su claridad de miras y sobre todo, por su mano siempre tendida. Estoy segura de que los que le han conocido estarán de acuerdo con esta descripción, y más de uno tendrá anécdotas que lo corroboren. Jorge Bonnet ha fallecido el día 5 de Febrero, antes de que apuntara el alba. En su “recordatorio” una poesía de Machado con la que seguramente no estará de acuerdo, porque él siempre tenía su punto de vista personal sobre cualquier cosa, por banal que fuera. Y ésta era su gran virtud. En estos tiempos
que corren de criterios estándar, de opiniones formadas, de conceptos prefabricados, pensar sus propias ideas es, en cierto modo, un acto revolucionario. Podrá jactarse desde donde esté de que a él la corriente nunca le arrastró. Ni en lo profesional, ni en lo personal, aunque haya tenido, esta vez, que subirse a la nave del último viaje, como dice la poesía de Machado. Pero sólo a pesar suyo. Tenía 83 años, y muchos proyectos en cartera.
Los directores de muchas fábricas podrán atestiguar sus ideas propias, porque era ingeniero papelero y actuó como Consultor Papelero en reformas de fábricas en casi toda Europa, Rusia, Norte de África, y Latinoamérica. Amaba Latinoamérica, con la responsabilidad de quien está en contra de la injusticia. Ha intentado ayudar a la industria papelera Cubana, se ha solidarizado, en una ocasión difícil, con los responsables de Acotepac en Colombia, y no se ha escondido nunca para criticar la opresión, humana o económica. Para El Papel es una gran pérdida. Jorge Bonnet fue su primer redactor, el que sentó las bases redaccionales de esta revista, el que se empeñaba siempre : “técnica, tenemos que hablar de técnica, menos economía y más técnica”.
Hemos perdido un maestro, un crítico, y sobre todo, un amigo.
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