Nada place más a un periodista del sector papelero que anunciar proyectos de inversión. Pero hagámoslo con calma, que el mercado está muy alterado. Hemos visto estos últimos días los cambios profundos y drásticos que los grandes grupos pastero-papeleros europeos han anunciado para los próximos meses. UPM y Stora Enso cierran varias fábricas de pasta y papel en el norte de Europa y en Alemania. M-real, un grupo fuertemente endeudado, vende parte de su división de papeles gráficos ; y otros grupos menos grandes están cerrando fábricas
de papel y de celulosa. Ya nada es lo que era. Las condiciones del mercado mundial han cambiado completamente. Europa tiene que reinventar una industria papelera que ya no es rentable
en las condiciones actuales. Y en ese profundo cambio se encuentra en la actualidad. Algunos analistas apuntan a posibles fusiones entre grupos multinacionales. En todo caso, habrá cambios.
Por su parte, América Latina aparece como la tierra de promisión, el continente donde aún todo, o casi todo, es posible. En estos países el sector papelero, doméstico y foráneo, está invirtiendo mucho, especialmente en la fabricación de celulosa, tanto en Uruguay, donde el anuncio de nuevos proyectos se sucede, como en Brasil, donde el grupo Suzano acaba de anunciar formalmente un macro-proyecto de inversión de 3 nuevas fábricas de celulosas de 1,3 Millones de tm cada una, además de la reforma de su fábrica de Mucurí, para añadir otras
400.000 tm/año, todas de pasta blanqueada de eucalyptus. Y esto, sin contar las inversiones en curso y programadas de Aracruz Celulosa y de Votorantim, que juntos tienen previsto añadir al mercado otras 3 nuevas fábricas de celulosa, además de las 2 que se encuentran en curso de construcción. Sin duda toda esta nueva capacidad, sumada a la nueva capacidad en curso de construcción y programada en Uruguay, y sumada a un posible anuncio de nueva fábrica de celulosa en Argentina, donde se acaba de reabrir la planta de pasta Benfide, van a crear una fuerte distorsión del mercado de la celulosa a partir de 2009. Ya en los EE.UU están creciendo los stocks de pasta desde el pasado mes de Julio debido a los cierres de fábricas, y los precios han dejado de subir.
En Canadá también se está preparando la fábrica de pasta Harmac para su reapertura. Todos los nuevos proyectos anunciados de grandes líneas de fibras se pondrán en marcha en Brasil y Uruguay entre 2009 y 2015, en unos años en los que Europa, donde se exporta una buena parte de la actual celulosa de mercado producida en Brasil y Uruguay, habrá cerrado muchas fábricas de papel, y reducido su capacidad
instalada. En esta región, se potencia además el uso de la fibra recuperada. En los EE.UU tampoco se anuncian grandes proyectos de inversión en nueva capacidad de papel, sino al contrario, algunas fábricas continúan con dificultades y en vías de cierre.
Queda así la esperanza asiática, donde China y la India siguen creciendo a ritmos desaforados en la producción de papel.
En este contexto, la lucha de las fábricas de celulosa de Brasil es ahora por el “control” del mercado. A mayor cuota de mercado global, mayor control. El juego está ahora en Brasil, y la partida no ha hecho más que empezar. Tomen asiento y vean
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