¿Cómo sobrevivir en este ambiente tan puro ?
La legislación europea para intentar no acelerar el
cambio climático está siendo tan estricta que algunas
empresas de la industria papelera ya han
sucumbido ; otras no van a poder sobrevivir y dejarán de producir. Esto,
por sí solo, tendrá sin duda un efecto beneficioso sobre el medio ambiente.
También tendrá un efecto positivo sobre el medioambiente el que los ciudadanos
rebajen sensiblemente su nivel de consumo, que será el siguiente
paso cuando, tras el cierre de algunas fábricas y los ajustes de personal
anunciados en otras, sumado a la subida de los precios de los productos de
consumo, el ciudadano europeo no se pueda comprar un coche o ni siquiera
la revista que siempre le ha gustado leer. Porque no hay que olvidar
que lo que las empresas pagan de más por sus materias primas, por reducir
su impacto ambiental, y por toda la burocracia que se ha establecido,
también lo acaba pagando de más el ciudadano de a pie en la compra de
sus productos diarios.
Pensar globalmente y actuar localmente. Son dos conceptos repetidos hasta
la saciedad en la última década : era el slogan de la mayoría de multinacionales.
Quizás los retos que está planteando el medioambiente, que es actualmente
el protagonista indiscutible de la industria europea y del mundo
en su totalidad, precisa de una visión y una actuación más global. Precisa
de un modelo de sociedad distinto.
Algo falla cuando escasean los cereales (por poner un ejemplo), porque los
terrenos se han destinado masivamente a la agro industria para producir
energía verde (porque está subvencionada y es un negocio ahora más rentable).
Algo falla cuando en España se reduce el consumo de prensa escrita
pagada y aumenta el volumen de prensa “regalada”. Algo falla cuando se
comercia con los derechos para contaminar. Algo no va bien.
Entretanto, la industria papelera europea sigue reestructurándose y los
grandes grupos tomando posiciones en otras regiones con capacidades de
consumo al alza. Mientras en los países de América Latina y de Asia la industria
papelera se prepara para hacer frente a las mayores demandas locales,
Europa reacciona con la investigación de nuevos materiales y la
mejora de los existentes, o con el desarrollo de nuevos procesos o nuevas
tecnologías para reducir la contaminación. Estas son medidas paliativas
que sin duda tendrán efectos beneficiosos sobre el medioambiente y sobre
las empresas, pero el botón del cambio ya ha sido pulsado y parece que no
hay vuelta atrás. Las empresas europeas que sean ágiles en la toma de decisiones,
que sepan posicionarse en mercados en crecimiento y que dispongan
ya de una buena estrategia de futuro o de una buena base de
producción saneada y optimizada, sobrevivirán.
Para las demás el futuro se presenta difícil porque la reducción del impacto
ambiental que se ha propuesto la Unión Europea es un camino sin retorno
y va a precisar de inversiones importantes y de un planteamiento de empresa
distinto.
En ese nuevo concepto de empresa del futuro las medidas de protección del
medioambiente no se enfocarán como un gasto. Habrán de ser concebidas
como una oportunidad para rentabilizar la inversión.
Y esto será así, o no será.
Paquita Mulero
[email protected]
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